viernes, 9 de septiembre de 2011

Presentacion del libro: 5 de mayo de 1862 de Pedro Ángel Palou

Ignacio Zaragoza no es un hombre de bronce, sino de espada y de mando: Palou

 

El libro 5 de Mayo de 1862 quiere “presentar a un Ignacio Zaragoza no de piedra ni de bronce, sino de espada y de mando, de carne y hueso”, precisó el cronista y promotor poblano Pedro Ángel Palou Pérez, al presentar su último texto histórico que se distingue por ser bilingüe y porque fue presentado ante la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, como una invitación para que asista a la conmemoración del 150 aniversario de la Batalla de Puebla, a celebrarse el próximo año.


Sin la presencia del secretario de Educación Pública en el estado, Luis Maldonado Venegas, y la nula participación de Guillermo Jiménez Morales, el presidente en Puebla del Comité Nacional Conmemorativo del 150 Aniversario de la Batalla, se presentó esta coedición de la SEP y la editorial Las ánimas, en el marco del 149 aniversario luctuoso del general Ignacio Zaragoza.
Palou Pérez explicó que de entre otros militares, el presidente Benito Juárez escogió a Zaragoza para estar al frente de la Secretaría de Guerra y posteriormente, para dirigir el Ejército de Oriente, porque “fue un hombre sensible y generoso sin límites”.
Por su parte, Rodrigo Fernández Chedraui, editor y director general de editorial Las ánimas, indicó que Pedro Ángel Palou no sólo revisó la figura del general, sino a otros personajes como Miguel Negrete y Porfirio Díaz.

Del primero, sostuvo que se hacen evidentes su valentía, su decisión e influencia sobre sus subordinados, como se demostró con la frase “¡Arriba solados y fuego!” que gritó en medio de la lucha. “El propio Zaragoza reconoció su participación, ya que fue el protagonista del drama que en un arranque de temeridad, puso alto que los galos que retrocedieron irremediablemente”, dijo el editor.
De Díaz se podrá conocer su faceta como comandante de la tercera división del Ejército de Oriente,  y como el personaje que evitó que los franceses prosiguieran su ascenso hacia los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
Mientras que de Zaragoza se distinguen su capacidad estratégica de resguardo, la defensa que hizo de los baluartes de Puebla y su pensamiento estratégico, ya que destruyó cosechas para que los franceses no pudieran alimentarse. “Él devolvió la fe y la esperanza, dos sentimientos que supo transmitir y por los que se mereció ser llamado como el hombre pueblo, defensor de la legalidad, justicia y honor”, expresó Fernández Chedraui.
Por último, Saúl Juárez Vega, secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, enfatizó que el texto está hecho desde el “fervor patrio, pero sin excesos, hablando del orgullo poblano sin el dato falso; en el que no sólo se conoce a Zaragoza como el forjador de la nacionalidad, sino que se reconoce a los soldados que hicieron posible la gesta ya que las batallas no las ganan los generales”.
La batalla, continúo el funcionario, es considerada mucho más que una victoria, ya que fue el primer vértice de cohesión nacional, tras 30 años de derrotas. “Fue una inyección sublime de fe que entraba luego de tres décadas de desventuras”, dijo.


Concluyó que para Palou, Zaragoza es la figura de defensa de la patria, la legalidad, la justicia y el honor; por lo que una revisión de su figura y su triunfo sobre Napoleón III, afirman que sus acciones robustecieron la fe popular y reafirmaron la identidad nacional.


“El 5 de mayo tiene un mensaje claro: la necesidad de unir fuerzas para alcanzar el fin común”, dijo Saúl Juárez, quien celebró que Palou Pérez se acercara a esta batalla, “ya que es necesario continuar con la labor histórica para difundir el antes y el después, avocándose no sólo al triunfo, sino a desentrañar las penurias de los héroes anónimos”.

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